Título: Un Padre No Tan Padre.
País: México.
Estreno: 2016.
Productora: Panorama
Global.
Director: Raúl
Martínez.
Fotografía: Alejandro
Martínez.
Guion: Alberto Bremer.
Género: Comedia.
Reparto: Héctor
Bonilla, Benny Ibarra, Jacqueline Bracamontes, Sergio Mayer Mori, Arturo Barba,
Camila Selser, Tina French, Tim Ross, Nátalia Subtil.
A
pesar de que al principio consideraba erróneamente que era una película muy
mala o un poco básica por el humor acostumbrado al que la comedia mexicana la
mayoría de las veces utiliza, esta total y abruptamente promocionada por
Cinepolis, después de verla me trague todas mis palabras.
Un Padre No Tan Padre es
una película que habla sobre un señor de la tercera edad llamado Don Servando
Villegas de 85 años de edad, un patriarca mexicano que es expulsado en su casa de
retiro, para ser rescatado por su hijo más joven, Francisco (Benny Ibarra),
quién lo alberga en la casa de su novia (Jacqueline Bracamontes) y un bonche de
inquilinos diferentes, ahí descubre la verdad de su hijo y la forma de vida que
lleva actualmente.
Una
película bastante interesante con una historia sin complicaciones que refleja
el amor fraternal y la unión familiar, al principio conocemos al señor Don
Servando, quién se muestra como el típico señor que sigue viviendo en el Mundo
clásico, con convicciones muy arraigadas a sus creencias religiosas y a lo que
realmente estaba bien aceptado por la sociedad, quien se ve enfrentado contra
su hijo quién es un millenial o de la nueva generación.
Aquí
es donde comienza la dualidad entre lo viejo y lo nuevo, las ideas tan arcaicas
del señor conservador contra un grupo de personas que representan todo lo nuevo
en lo que se cree con ideas liberales; la homosexualidad, la aceptación de
hijos extramatrimoniales, el consumo de drogas, el ser NiNi y el vivir con
personas externas a tu familia.
El
mensaje que nos deja la película es cautivador, nos enseña a valorar a las
personas por lo que son, el apoyarse los unos a los otros y sobretodo mantener
a tu familia cerca de ti, nos muestra que la familia no es eterna y que en
algún punto se extinguirá, jamás podremos regresar el tiempo y demostrarle
cuanto nos importan, pese a todo lo que hayamos sufrido o vivido que nos ha
forjado nuestro carácter en la actualidad. Aprender a perdonar y seguir
existiendo a su lado.
Un
mensaje poderoso con actuaciones bien puestas dentro de la historia,
conmovedoras, que encuentra momentos divertidos entrañables, que en ocasiones
logra ser santurrona con un discurso moralino de inclusión y reconciliación,
con la eficacia de un reparto un poco mixto, a la cabeza del primer actor,
Héctor Bonilla que nos regala una actuación magistral, para un personaje
odiado-amado al mismo tiempo. El actor maneja un humor negro lleno de sátiras y
estereotipos sobre lo que son los ideales liberales.
La
fotografía es muy linda con paisajes que mezclan lo urbano con lo rustico
localizados en San Miguel de Allende, con colores vivos y brillantes, que van
desde las tiendas hasta los atardeceres. Corren a gran medida mediante planos y
encuadres sutiles pero propositivos.
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