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domingo, 7 de mayo de 2017

Crítica: Hasta El Último Hombre – “Without Bullets You Can Become A National Hero”


Título: Hasta El Último Hombre (Hacksaw Ridge).
País: Estados Unidos.
Estreno: 7 de diciembre del 2016.
Productora: Cross Creek Pictures, Pandemonium Films, Permut Productions.
Distribuidora: Summit Entertainment, Icon Film Distribution.
Director: Mel Gibson.
Fotografía: Simon Duggan.
Guion: Andrew Knight, Robert Schenkkan.
Género: Bélico, Drama.
Reparto: Andrew Garfield, Sam Worthington, Luke Bracey, Hugo Weaving, Teresa Palmer, Vince Vaughn, Rachel Griffiths.

Nunca he sido fanático de las películas del género bélico porqué siempre es el mismo enfoque una y otra vez, sin embargo, me he topado con una película que transgrede en esté género y es está biografía de uno de los héroes de la guerra qué sin usar ni una bala se convirtió en historia en Estados Unidos.

 Hasta el Último Hombre es una película basada en la historia real del sargento del Ejército de EE. UU. Desmond Doss (Andrew Garfield), un cristian adventista del séptimo día que se negó a portar armas en el frente de batalla, sin embargo, fue condecorado con la Medalla de Honor, al haber salvado a más de 75 hombres bajo el constante fuego enemigo durante la Batalla de Okinawa en la Segunda Guerra Mundial. 

Una película que me encanto en casi todos los aspectos, sino es en que su mayoría. Empezando con la historia, que está inspirada en hechos reales, brutales y sanguinarios. No solo nos presenta a un héroe de la Segunda Guerra Mundial fuera de lo común quién siendo religioso, arraigado a sus creencias evangélicas pudo hacer mucho dentro de una gran batalla ganada por los Estados Unidos.

No sólo es el contraste de como un hombre encamina su lado religioso dentro de un campo de batalla, se rehúsa a tomar un arma no por miedo, sino por creencia. Se rehúsa a la violencia y a cualquier manifestación que desemboque de ella, un papel un poco parecido al que interpreto en la película Silence (2016), a diferencia de que aquí el no planea divulgar su palabra, sólo sostenerla contra el mundo bélico.
También toca temas como la familia fracturada, quebrantada por la misma guerra y un padre alcohólico violento y típico estereotipo del hombre del sur en los años 40’s (en la actualidad aún se quedan vestigios de ello), corrompido por la guerra y el alcohol hace daño a su familia, su hijo Desmond Doss crece viendo eso y es por eso que su perfil psicológico se forja de esa manera. Un background que plasma la realidad de un personaje de la vida real bien estructurado.

El mensaje de la película es claro o tal vez podría ser una interpretación muy propia sobre cómo se puede ayudar a los demás y apoyar una causa sin el uso directo de la violencia. Una bala no solucionará al mundo y esto es lo que nos trata de decir, no todo problema se arregla con un enfrentamiento, se trata más de ser fieles a lo que cada persona cree y tener voluntad por hacer las cosas.

Dentro de los efectos visuales para mí fueron espectaculares, la película está cubierta de una luz verduzca negra durante la mayoría de las escenas de guerra y en las normales de un blanco resplandeciente. Está realizada de forma de escenas de Slow Motion de la guerra, donde vemos los disparos y la acción en cámara lenta, un toque magistral para la película, También el montaje es impresionante, nos logra realmente transportar al campo de batalla junto con los personajes, todo acompañado por un soundtrack ambiental lleno de explosiones, gritos de sufrimiento en su máximo dolor y disparos. Junto con el maquillaje tan sombrío y crudo de heridas, entrañas y partes del cuerpo que nos muestra las consecuencias de la guerra.

Hasta el Último Hombre es una película bélica que no sólo nos muestra la guerra en primera persona de una forma realista con toques estéticos, con un emotivo mensaje que nos demuestran que el no tomar acción directa en ella puede ser igual de benéfico. Se las recomiendo, ya pueden encontrarla en Netflix. “Veanla y juzguen por ustedes mismos”. 

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